sábado, 30 de agosto de 2014

Poema por los 50 años de sacerdote de Farinello

Aporte que nos hizo llegar Dora Giannoni.

Hola
Como en estos días Farinello, celebra 50 años de sacerdocio; les mando un
poema que escribí para este querido amigo.
Espero que les guste. Abrazooo!!!
"Pajarito" Cuello

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CINCUENTA ABRAZOS, PARA FARINELLO



Luis Ángel Farinello:
                                El tango lo dice
y yo agrego,
"Veinte años no son nada"
y cincuenta, menos...
Cincuenta veranos, primaveras,
otoños e inviernos,
transformaron a un niño tímido
y tartamudo, en un hombre simple repartidor de sueños.

-"¡Quién lo diría...!" (Comentaban las viejas del barrio
con sus picos negros)
-"Ese nene, ahora, es cura...
  Lo ordenó Podestá, el pasado invierno..."
- "¿Ese? ¿El gringuito?
  ¿El hijo del verdulero?"
- "Sí, doña Jacinta...
  Vio cómo cambian los tiempos..."

Y cambió el mundo...
Y hasta cambió el milenio...
Y el hombre simple
repartidor de sueños,
lleva, en sus espaldas, cincuenta veranos,
primaveras, otoños e inviernos,
pisando el barro de los pobres
y el corazón de los merenderos.

¡Qué lindo ser tu amigo, Luis!
¡Qué lindo haber caminado, con vos, un trecho
del Camino...! Qué lindo compartir la mesa, el vino
y el pan de los recuerdos,
con quienes cooperan (y cooperaron)
a que sigás repartiendo sueños...

Ayudame, hermano,
a nombrarlos en el verso:
Elvira... Rosa... Eduardo...
Clelia (que, ahora, es el lucero)
Norma... Huguito... Bruno...
Orlando... Gustavo, "el villero"...
Isidro y Rosita en la casa de Julio Lemoine,
el poeta-arquitecto...
Alan, con toda su juventud,
golpeándole el pecho...
Héctor con su camioneta...
Osvaldo y los pibes,
artesanos del cuero...
Cristina y su familia,
creciendo, creciendo...
"Ranita" que salta y salta...
Antonio Puigjané
y su oído en el pueblo...

Ayudame, hermano,
a recuperar a Tata Dios como un amigo bueno.
Ayudame, hermano,
con tu simpleza y tu ejemplo...

¡Cincuenta años de cura!
¡Pucha, que sos del "clero viejo"!
Pero que bueno que lo sos, porque, todavía,
el Vaticano II, anda por tus gestos...
Cada latido, es compromiso.
Cada día, una oportunidad de hacerlo
¡Pucha! ¡Qué lindo hubiera sido ser cura
con vos en esos tiempos
donde todo estaba al alcance de la mano...!

Donde todo parecía volverse nuevo...

Luis, hermano mío: Gracias por todo lo que hiciste.
Gracias por ser un simple instrumento,
melodioso de ternura;
afinado por abrazos y pájaros en vuelo...

Seguí como hasta ahora.
Seguí, hermano nuestro...

Vos prepará el mate.
Tenelo siempre preparado. Tenelo...
Que los tristes, los pobres
y enfermos,
iremos a tu casa,
a buscar La Palabra y El Consuelo.

Sí, Luis, iremos a tu casa,
después de la lluvia y los jilgueros;
porque (como ya lo dijo Miguel Hernández,
poeta del pueblo)
"tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero..."

Y porque en tu casa (también la casa
de María y Jesús, el Nazareno)
el Amor y el Perdón,
son regalos verdaderos.

Luis, hermano y amigo,
pido por vos al Cielo...

Y a tu corazón le digo: ¡GRACIAS...!
Muchas gracias, por latir con Farinello.


Víctor "Pajarito" Cuello




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