martes, 1 de noviembre de 2016

COMENTARIO LECTURA DEL DOMINGO




¿PUEDO CAMBIAR?

Lc 19, 01-10
Lucas narra el episodio de Zaqueo para que sus lectores descubran mejor lo que pueden esperar de Jesús: el Señor al que invocan y siguen en las comunidades cristianas «ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido». No lo han de olvidar.
Al mismo tiempo, su relato de la actuación de Zaqueo ayuda a responder a la pregunta que no pocos llevan en su interior: ¿Todavía puedo cambiar? ¿No es ya demasiado tarde para rehacer una vida que, en buena parte, la he echado a perder? ¿Qué pasos puedo dar?
Zaqueo viene descrito con dos rasgos que definen con precisión su vida. Es «jefe de publicanos» y es «rico». En Jericó todos saben que es un pecador. Un hombre que no sirve a Dios sino al dinero. Su vida, como tantas otras, es poco humana.
Sin embargo, Zaqueo «busca ver a Jesús». No es mera curiosidad. Quiere saber quién es, qué se encierra en este Profeta que tanto atrae a la gente. No es tarea fácil para un hombre instalado en su mundo. Pero éste deseo de Jesús va a cambiar su vida.
El hombre tendrá que superar diferentes obstáculos. Es «bajo de estatura», sobre todo porque su vida no está motivada por ideales muy nobles. La gente es otro impedimento: tendrá que superar prejuicios sociales que le hacen difícil el encuentro personal y responsable con Jesús.
Pero Zaqueo prosigue su búsqueda con sencillez y sinceridad. Corre para adelantarse a la muchedumbre, y se sube a un árbol como un niño. No piensa en su dignidad de hombre importante. Sólo quiere encontrar el momento y el lugar adecuado para entrar en contacto con Jesús. Lo quiere ver.
Es entonces cuando descubre que también Jesús le está buscando a él pues llega hasta aquel lugar, lo busca con la mirada y le dice: "El encuentro será hoy mismo en tu casa de pecador". Zaqueo se baja y lo recibe en su casa lleno de alegría. Hay momentos decisivos en los que Jesús pasa por nuestra vida porque quiere salvar lo que nosotros estamos echando a perder. No los hemos de dejar escapar.
Lucas no describe el encuentro. Sólo habla de la transformación de Zaqueo. Cambia su manera de mirar la vida: ya no piensa sólo en su dinero sino en el sufrimiento de los demás. Cambia su estilo de vida: hará justicia a los que ha explotado y compartirá sus bienes con los pobres.
Tarde o temprano, todos corremos el riesgo de "instalarnos" en la vida renunciando a cualquier aspiración de vivir con más calidad humana. Los creyentes hemos de saber que un encuentro más auténtico con Jesús puede hacer nuestra vida más humana y, sobre todo, más solidaria.
 
José Antonio Pagola
A MODO DE SALMO

LEVANTÓ LOS OJOS...

Escrito por  Florentino Ulibarri
Un día cualquiera,
cuando menos lo esperas
porque es tanto el tiempo
que llevas soñándolo,
y has previsto todos los detalles
y preparado todos los pasos, sin resultado,
resulta que Ël pasa a tu lado.
Un día cualquiera,
en el que repetías, otra vez,
tus costumbres y monotonías
como quien respira sin darle importancia,
resulta que Él levanta la vista,
te ve, te llama por tu nombre,
y se te abre el horizonte...
Tu vida, tan llena y tan vacía,
no te satisfacía;
no acostumbrabas a estar en calles y plazas
y, menos, subido a higueras
que te exponían a comentarios y risas;
pero aquel día rompiste todas las rutinas...
y resulta que Él levantó la vista.
Ya en tu casa,
en la intimidad con quien se había invitado
a hospedarse y comer contigo,
te desahogas, pones sobre la mesa
tus miserias y tus promesas;
y Él levanta la vista,
te mira y te abraza.
Tú te sientes renovado,
con la vida y el destino en tus manos,
y Él levanta los ojos al Padre,
sonríe, le da gracias...
y continúa por otras calles y plazas
en busca de más hermanos y hermanas.
Y tú, no lo retienes
pero te haces discípulo
en tu pueblo, profesión y casa..
Por eso, quizá hoy Él levante su mirada,
nos vea y llame por nuestro nombre
y descubramos todo lo que Dios nos ama,
porque, aunque pecadores, nos quiere en su casa.
Colaboración de Dora Giannoni 

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