domingo, 27 de noviembre de 2016

COMENTARIO DE LA LECTURA DEL DOMINGO Y ORACION

SIGNOS DE LOS TIEMPOS


Escrito por  José Antonio Pagola
Mt 24, 37-44
Los evangelios han recogido de diversas formas la llamada insistente de Jesús a vivir despiertos y vigilantes, muy atentos a los signos de los tiempos. Al principio, los primeros cristianos dieron mucha importancia a esta "vigilancia" para estar preparados ante la venida inminente del Señor. Más tarde, se tomó conciencia de que vivir con lucidez, atentos a los signos de cada época, es imprescindible para mantenernos fieles a Jesús a lo largo de la historia.
Así recoge el Vaticano II esta preocupación: "Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de esta época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y futura...".
Entre los signos de estos tiempos, el Concilio señala un hecho doloroso: "Crece de día en día el fenómeno de masas que, prácticamente, se desentienden de la religión". ¿Cómo estamos leyendo este grave signo? ¿Somos conscientes de lo que está sucediendo? ¿Es suficiente atribuirlo al materialismo, la secularización o el rechazo social a Dios? ¿No hemos de escuchar en el interior de la Iglesia una llamada a la conversión?
La mayoría se ha ido marchando silenciosamente, sin sacar ruido alguno. Siempre han estado mudos en la Iglesia. Nadie les ha preguntado nada importante. Nunca han pensado que podían tener algo que decir. Ahora se marchan calladamente. ¿Qué hay en el fondo de su silencio? ¿Quién los escucha? ¿Se han sentido alguna vez acogidos, escuchados y acompañados en nuestras comunidades?
Muchos de los que se van eran cristianos sencillos, acostumbrados a cumplir por costumbre sus deberes religiosos. La religión que habían recibido se ha desmoronado. No han encontrado en ella la fuerza que necesitaban para enfrentarse a los nuevos tiempos. ¿Qué alimento han recibido de nosotros? ¿Dónde podrán ahora escuchar el Evangelio? ¿Dónde podrán encontrarse con Cristo?
Otros se van decepcionados. Cansados de escuchar palabras que no tocan su corazón ni responden a sus interrogantes. Apenados al descubrir el "escándalo permanente" de la Iglesia. Algunos siguen buscando a tientas. ¿Quién les hará creíble la Buena Noticia de Jesús?
Benedicto XVI viene insistiendo en que el mayor peligro para la Iglesia no viene de fuera, sino que está dentro de ella misma, en su pecado e infidelidad. Es el momento de reaccionar. La conversión de la Iglesia es posible, pero empieza por nuestra conversión, la de cada uno.
José Antonio Pagola

QUEREMOS ABRIRNOS A TI

Hermanos, queremos iniciar este tiempo de Adviento con lucidez, con hondura, tendiendo hacia el Reino, haciendo camino, madurando, acogiendo la salvación que Dios, nuestro Padre, nos trae. Oremos.
Jesús, queremos abrirnos a ti.
• Padre, que la Iglesia sea transparencia del Reino que tú nos propones, que abandere la lucha por la justicia, que siembre con sus palabras y gestos la paz, que escuche los dolores de la humanidad entera y que se ponga siempre de lado de los más desfavorecidos.
Jesús, queremos abrirnos a ti.
• Padre, que los creyentes nos tomemos en serio nuestro compromiso contigo, que acertemos a vivir siempre alerta, próximos de los que más nos necesitan.
Jesús, queremos abrirnos a ti.
• Padre, que todos los hombres y mujeres que viven esperando una buena noticia de salud, de trabajo, de techo, de alimento, se encuentren con nuestra solidaridad y acogida.
Jesús, queremos abrirnos a ti.
• Padre, que todos nosotros seamos portadores de la esperanza cristiana orientando toda nuestra vida y concentrándonos en hacer posible tu Reino.
Jesús, queremos abrirnos a ti.
Padre bueno, acoge en tu corazón paterno todos nuestros anhelos más profundos; conviértenos por dentro para que seamos signos de tu Reino junto aquellos que más te esperan y necesitan. Te damos las gracias porque nos regalas a tu hijo Jesús.
Vicky Irigaray
 
  Colaboración de Dora Giannoni


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